La zona vieja de Funchal (el casco histórico) con su oferta concurrida de bares y cafeterías, famosos restaurantes es una de las atracciones más deseadas para los turistas ya que es un destino muy animado. 

Se extiende alrededor de la antigua y empedrada calle de Santa María que a principios del s.XIX era un centro industrial y de comercio. Durante un largo periodo sufrió una gran dejadez y abandono, pero ahora este laberinto de calles estrechas y sus antiguos almacenes, antes olvidados, se han convertido en un centro social vibrante, orgulloso de sus tradiciones locales y con interesantes monumentos históricos y bienes culturales. 

Catedral de Funchal (Sé)

Si se exceptúan los pináculos que sobresalen en el ala este de la catedral, se podría decir que el exterior de la Sé de Funchal es muy sobrio. Como contraste el interior está lleno de estatuas, pinturas y capillas doradas. El espectacular techo de maderas entrelazadas se inspiran en la geometría morisca, mientras que en el suelo yacen las tumbas de los obispos y comerciantes. Fue diseñada por Pero Anes con la ayuda del maestro masón Gil Enes y empezaron a construirla en 1493.

La catedral de Funchal contiene uno d elos alfarjes (techos de madera labrada y entrelazada) comparable en belleza con la capilla del Palacio Nacional de Sintra. El diseño de nudos y rombos, con formaciones similares a las estalactitas, se basa en el rico arte geométrico islámico medieval. 

Museo de Arte Sacra de Funchal

En Madeira se pueden contemplar las mejores obras maestras del arte flamenco debido al comercio del azúcar entre Funchal y Amberes durante el s.XV. Mercaderes y terratenientes encargaron retablos donde solían aparecer retratados junto a sus familiares. Por ello las pinturas de este museo de arte religioso muestran los retratos de algunos de los primeros colonos. 

De entre todas la sobras destaca La última Cena, de Manuel Pereira, que la esculpió para la catedral en 1648 en tabla de madera de tamaño natural. En esta talla, Judas se sienta solo, sujetando una bolsa de dinero. 

PRECIO: 3€

Bodega Blandy

Con su viguería antigua y sus patios adoquinados, la bodega Blandy proporciona una buena introducción a la historia de este vino único. Está situada en lo que queda de un monasterio franciscano del s.XVII, gran parte del cual fue demolido cuando Portugal prohibió las órdenes religiosas en 1834. La familia Blandy adquirió esta propiedad en 1840 y la destinó a la elaboración de vino. 

La calle más antigua discurre por el lado oeste de la bodega y data del s.XV, cuando se colonizó Madeira. Los toneles de vino se arrastraban en trineos sobre los adoquines hacia el puerto. 

El vino en la isla tiene dos rasgos característicos; primero se fortalece añadiéndole coñac al final del proceso de fermentación y segundo se calienta en un proceso conocido como estufagem. 

PRECIO: 5,9€

Museo Quinta das Cruzes

Los primeros colonos de Madeira construyeron sus casas sobre la parte alta del puerto para avisar de la llegada de los barcos piratas. La Quinta das Cruzes es una de ellas, originalmente construida por el capitán Zarco. La familia propietaria en la actualidad, Lomelino, la rehabilitó para convertirla en su lujosa residencia, que hoy es un museo repleto de obras de arte. 

Dentro del Museo Quinta das Cruzes vale la pena visitar:

• Jardín de orquídeas: aquí se encuentran orquídeas tropicales cultivadas en los bancales del terreno y un majestuoso drago. 
• Parque arqueológico: los jardines sur de la quinta sirven como museo al aire libre de restos arqueológicos. Una de las piezas más importantes es un fragmento de la picota de funchal, levantada en 1486, donde en ella se azotó a los criminales hasta 1835.

Convento de Santa Clara

Este convento era un lugar de refugio para las monjas que aquí residían. Se construyó en 1476 y no fue hasta 1497 que las monjas se establecieron. Las partes importantes a visitar del convento son:

• Claustro: este es el patio de acceso a las capillas y oratorios, donde las monjas solían pasar el día rezando. Desde aquí se puede observar la cúpula del campanario, decorada con azulejos de cerámica azules, blancos y dorados. 
• Tumba de la abadesa: una lápida con caracteres góticos señala las tumbas de la primera abadesa Isabel de Noronha y de su hermana Constança. 
• Iglesia: tiene uno de los mejores interiores de Madeira y se puede visitar solamente la iglesia, sin necesidad de conocer el resto del convento. La parte pública de la iglesia está cubierta por azulejos decorativos del s.XVII. 

Zona Vieja de Funchal

La zona viaje de Funchal (casco histórico) tiene una gran oferta de bares y restaurantes, así como diversas atracciones perfectas para el turismo. Se extiende alrededor de la antigua y empedrada calle de Snta María. Estas calles, a principios del s.XIX, eran un centro industrial y de comercio. Durante un largo periodo sufrió una gran dejadez y abandono pero actualmente este laberinto de calles estrechas y sus antiguos almacenes, antes olvidados, han vuelto a convertirse en el centro vibrante de la ciudad. 

• Art Open Doors: en la calle de Santa María encontrarás algunos ejemplos de arte callejero, ya que muchas puertas del vecindario están pintadas por artistas locales siguiendo diferentes estilos artísticos.
• Fortaleza de São Tiago: es una fortaleza construida a principios del s.XVII y es reconocible por sus gruesos muros de color ocre. Con almenas y habitaciones ocultas fue construida para proteger el puerto de los piratas. 
• Jardim Almirante Reis: es un espacio verde en el casco antiguo, compuesto con praderas de césped cruzadas por senderos. Muy a menudo alberga eventos de artesanía. 

Mercado dos Lavradores

Este edificio art decó fue originalmente diseñado en 1937 por Edmundo Tavares. Está construido con materiales modernos, sin embargo, sus colores gris y rojizo hacen referencia a la arquitectura tradicional de Madeira. 

Aquí se encuentran el mercado de pescado, frutas y verduras, carnicerías, zapaterías, vendedores de flores… todos tienen un espacio en donde poder vender sus productos. 

Jardim Botánico de Funchal

Es el lugar perfecto para que los amantes de las plantas se sorprendan por la variedad de especies que crecen en la isla, con clima húmedo y cálido, pero también es un espacio perfecto para relajarse y disfrutar del espectáculo floral. 

Lo más fotografiado y conocido del jardín botánico son sus alfombras de rombos, losanges y círculos purpúreos y dorados.

Aquí se encuentran una larga lista de plantas autóctonas como el geranio de Madeira, el til, enebro, brezo blanco, massaroco… 

Monte

Monte se desarrolló a finales del s.XVIII como un elegante y saludable refugio del calor y el ajetreo de la capital. Los alrededores de la ciudad de Funchal ya se han extendido hasta alcanzar esta zona, pero a pesar de esto, en Monte todavía se mantiene la sensación de estar entrando en mundo aparte. 

Aquí se encuentran:

• Jardín tropical del palacio de Monte: sus lagos, cascadas y el atractivo museo que aquí se encuentra han convertido el jardín tropical del palacio de Monte en uno de los jardines botánicos (según dicen) más bonitos del mundo. 
• Carros de Cesto: los carros recorren a toda velocidad 2km desde monte a Livramento, conducidos por los carreiros. Esta era la antigua forma de transportar el vino a los barcos.
• Estación del teleférico: esta terminal es el único edificio moderno de Monte. A lo largo del viaje en teleférico sobre el valle de João Gomes se pueden observar numerosas especies autóctonas protegidas. 
• Escalinata de la iglesia:  por lo que hemos leído dicen que el 15 de agosto los peregrinos suben de rodillas esta escalinata para rendir culto a la virgen. 

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