Top

BRUNCH Y VELA, MALA COMBINACIÓN

Este día nos levantamos con calma. Como os habíamos dicho en el Capítulo 14 las chicas habían tenido cena y habían llegado tarde a casa, así que habíamos quedado en hacer lo más típico de los domingos: ¡un brunch! Tengo que confesaros que fue la primera vez que hicimos un brunch y nos gustó mucho la experiencia!

Las chicas nos llevaron a South Melbourne y la zona en la que estuvimos estaba adornada con graffittis, tiendas de arte, tiendecitas pequeñas de artículos gourmet… todo muy hipster y alternativo como son ellas y como me gusta a mí también. 

Nos llevaron a un local que estaba completamente lleno de gente pero que era especialmente bueno en la preparación de café. No sé si os lo he dicho en los capítulos anteriores pero os puedo asegurar que los mejores cafés que he probado en mi vida han sido en Australia y Nueva Zelanda. Según nos contó Vera, allí preparar el café es una profesión en la que te especializas y estudias toda tu vida para ser el mejor… Vamos que no es como en España que cualquiera se pone a hacerte un café… Allí se lo toman bastante más en serio! Así que recomendación: tomaros todos los cafés que podáis porque son únicos!

El local era super bonito, decorado con muebles reciclados, con una silla de allí y otra de allá, sin tener relación ninguna pero todo encajaba en perfecta armonía. Me gustó mucho el ver cómo valoraban el mobiliario del hogar de manera que siempre le buscaban una utilidad, algo que echo en falta en nuestro país, que todo lo queremos nuevo… Pero bueno, no quiero criticarnos más aunque como veis, siempre busco puntos en dónde podemos mejorar… 

A lo que iba, el café lo preparaban con material de laboratorio, de hecho tenían: malla calefactora, balones, placas filtrantes, pinzas, soportes… todos los utensilios para poder hacer un café perfecto. Nosotros en aquel entonces era la primera vez que veíamos algo parecido… Ahora creo que ya hay más sitios que lo preparan de esta manera pero sigue siendo poco habitual. 

La comida… deliciosa, tostada de aguacate con huevo escalfado, mi favorita y hecha con ingredientes frescos y locales, vamos que riquísimo! y ya podía estar delicioso porque tengo que deciros que pagamos 98$ por la comida de los 4! Australia es caro, ya se sabe… y si vas a restaurantes pues más aún, así que si queréis visitar Australia, tener esto en cuenta.

Después del brunch, fuimos a casa a ponernos cómodos para el “sailing”. El hermano de Vera junto con un amigo tenían un barco de vela y ella habló con su hermano para que pudiéramos ir juntos a hacer una excursión por la bahía de Melbourne. De primeras parece una idea genial verdad? Pues yo no las tenía todas conmigo, más que nada porque suelo marearme en barco, pero ya le puse solución antes de salir de casa: biodramina al canto!

Cuando llegamos al puerto yo ya estaba casi drogada. No sé si habéis tomado alguna vez una biodramina pero te deja muy traspuesta, alguna vez con sueño incluso… Pero yo resistía! Allí nos juntamos: Vera, su hermano, su sobrino, el amigo de su hermano, Isaac y yo, todos juntos para navegar. 

Antes de subirnos recibimos algunas indicaciones de lo que teníamos que hacer, que básicamente era seguir las instrucciones al pie de la letra del capitán y el resto, pues a “disfrutar” del momento.  Pero nada más subirnos y adentrarnos un poco en el mar abierto ¡ya nos mojamos de arriba a abajo! Así como os lo cuento, ¡en la primera ola! Aquel día el mar estaba super revuelto y el velero no paraba de moverse de un lado para otro!

A pesar de esa incomodidad intentamos disfrutar de la experiencia pero algo pasaba porque Isaac apenas hablaba, el sobrino de Vera empezó a ponerse pálido y el silencio se apoderó de la embarcación… Estábamos todos bien mareados! Los únicos que iban bien eran el capitán y el hermano de Vera que estaban super emocionados, tanto que no regresamos a tierra hasta que alcanzamos un carguero enorme que había a no sé cuántos kilómetros de la costa y lo bordeamos. Yo estaba tan mareada que en mi cabeza pensaba todo el rato “por favor que demos la vuelta… ” y lo repetía constantemente  a ver si por un casual mis pensamientos se hacían realidad… qué desastre!

Cuando llegamos a tierra, empapados, nos despedimos rápidamente para llegar a casa lo antes posible y no pillar un resfriado bien bueno. Creo que fuimos un poco desagradecidos porque el capitán estaba encantado del paseo tan bonito que nos había hecho y nosotros apenas se lo agradecimos como Dios manda… pero es que como os digo, íbamos mareados, mojados… y por qué no decirlo, hartos de navegar!

Al llegar a casa, nos duchamos y entramos en calor con una riquísima cena que nos preparó Dunja. Ella había sido lista, al parecer le había pasado lo mismo que a nosotros la vez anterior que había ido en velero y había preferido quedarse en casa… Si yo lo hubiera sabido también… pero la idea era muy atractiva verdad? Pues la conclusión es que no siempre todo es lo que parece!

Después de cenar decidimos ir a tomar algo a un lugar un tanto especial. Era como el jardín de una casa parroquial acomodado con mesas de jardín y allí había una barra que servía todo tipo de bebidas. No sé si la recaudación era para la Iglesia pero lo que sí que os puedo decir es que allí había gente muy pija… 

Lo pasamos bien porque vinieron algunos amigos de Vera y disfrutamos practicando inglés, de la compañía y del momento porque… aunque no lo parezca estábamos a miles de kilómetros de España! pero yo me sentía como en casa… 

post a comment