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ÚLTIMO DÍA…

Hoy sí que sí, nuestro último día en Japón había llegado… Y como venía siendo costumbre en los viajes anteriores el último día siempre íbamos a un Outlet. La idea de esto surgió en EEUU, cuando afortunadamente nos sobraron bastantes $ del presupuesto que nos habíamos marcado y en vez de hacer cambio de divisas, que siempre sueles perder dinero, pues decidimos tomar esta tradición.

 Pues en Japón hicimos lo mismo… Lo primero que hicimos fue desayunar, aunque después de lo que nos había pasado el día anterior íbamos un poco a la expectativa (los que leísteis el Capítulo 21 sabréis de lo que hablamos). Cuando llegamos al comedor, la misma pareja del día anterior nos dio los buenos días y yo automáticamente quería explicarle que no hacía falta que nos pusiera la bandeja tradicional japonesa para desayunar, pero ella simplemente me interrumpió y me dijo “No, thank you” 😊 Fue super gracioso porque, aunque ella no supiera inglés, ¡entendió lo que iba a decirle! Nos pasamos todo el desayuno riéndonos y valorando que fueran tan atentos y que se acordaran exclusivamente de que a nosotros no nos había gustado su desayuno tradicional.

El Outlet se encontraba en las afueras de la ciudad de Osaka (como suele ser en la mayoría de las ciudades) y he de deciros que no sé cómo no nos perdimos porque tuvimos que coger tres tipos de tren/metro. A medida que íbamos cambiando de tren iban desapareciendo los occidentales, hasta el momento que llegamos finalmente al Outlet y solamente éramos nosotros los únicos extranjeros.

Cuando llegamos al Outlet nos decepcionamos bastante porque era un centro comercial bastante pequeño y tenía pocas tiendas. Vamos, que no era lo que esperábamos, sin embargo, conseguimos encontrar algunas gangas…

En la tienda de Reebok Isaac y yo encontramos ropa de deporte súper barata, por ejemplo: un pantalón y una camiseta de Crossfit por 5 y 6€ respectivamente, una mochila de estilo retro por tan solo 10€…En Nike picamos alguna ropa deportiva más con precio similar y en Adidas, mi favorita, me compré unas Adidas …… por tan solo 30€. Lo curioso de estas zapatillas deportivas es que estaban colocadas en la sección hombre (cosa que a mí me dio igual) pero parecía que eso nunca les había pasado a los dependiet@s, porque me insistían en que era de chico. Cuando me las probé y empecé a caminar por la tienda una de las dependientas se debió de dar cuenta de que eso era un detalle insignificante si realmente te quedan bien, a lo que me miró diciéndome “kawai” algo parecido a “cool”. Por la parte que le corresponde a Isaac en Adidas no encontró nada que le gustara, pero sin embargo en la tienda Under Armour, se enamoró de unas zapatillas de deporte de running muy chulas, pero más chulo era el precio 50€ cuando suelen valer 130€ aproximadamente.

Como no encontramos nada más y ya era la hora de comer, de entre los pocos locales de restauración que allí había fuimos a uno que era una especie de cadena de hamburguesas, pero al estilo japonés.  En el local apenas había gente, apenas dos hombres más a parte de nosotros que parecían hermanos. Uno de ellos, pobrecito, tenía un problema psicológico, tipo síndrome de touret, y de repente se ponía a gritar para al cabo de un ratito parar. Nos dio pena porque se veía claramente que era una enfermedad muy difícil de llevar…

Cargados con todas las bolsas decidimos irnos pronto para el hotel para poder hacer las maletas encajando todas las cosas que habíamos comprado en el Outlet, así como las que habíamos comprado durante el viaje. He de deciros que no lo tuvimos fácil, nos costó encajar todo en la maleta, de hecho creo que pasamos una hora y media acomodando todo perfectamente.

Ese día nos acostamos prontito también, porque al día siguiente nuestro avión salía a primera hora de la mañana y teníamos que levantarnos a las 04:00 am. Toda la situación ya empezó a angustiarnos porque no sabíamos muy bien cuánto tardaba el tren hasta el aeropuerto, cuánto tardaríamos en pasar los controles, si la hora que habíamos dicho de levantarnos era la correcta… Y todo esto de nervios y demás añadido a la depresión que te entra cuando ya te das cuenta de que todo lo bueno se acaba…

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